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Otitis media se refiere a la inflamación del oído medio. Cuando la infección ocurre esta condición es llamada “otitis media aguda”. La otitis media aguda ocurre cuando un resfrío, alergia o infección de las vías respiratorias superiores y la presencia de bacterias o virus llevan a la acumulación de pus y moco detrás de la membrana timpánica bloqueando la trompa de Eustaquio. Esto causa dolor de oído e hinchazón.
Cuando se forma líquido en el oído medio, la condición es conocida como “otitis media con efusión”. Esto sucede en una infección en recuperación o cuando una infección esta por ocurrir. El líquido puede permanecer en el oído por semanas hasta algunos meses. Cuando una descarga del oído persiste o se hace recurrente es llamada a veces infección crónica de oído medio. El líquido puede permanecer en el oído hasta tres semanas después de la infección. Si no es tratada, la infección crónica del oído puede tener consecuencias potenciales serias como pérdida auditiva transitoria o permanente.
Todos los chicos con infección de oído medio o líquido tienen un grado de pérdida auditiva. La pérdida promedio en oídos con secreción es de 24 decibeles, equivalente a usar auriculares (24 decibeles es el nivel aproximado de los silbidos leves). Líquidos más espesos pueden causar una pérdida mucho mayor, de hasta 45 decibles (el nivel de la conversación normal)
Su niño puede tener pérdida de la audición si no es capaz de entender ciertas palabras y habla a un volumen mayor del normal. Básicamente, un chico con pérdida auditiva debida a infecciones de oído medio escuchará sonidos poco claros y perderá de entender algunos diálogos en menor medida que aquellos con hipoacusias profundas. De todas formas las consecuencias pueden ser importantes – el paciente joven pueden perder en forma permanente la habilidad de entender en forma concisa el diálogo en ambientes ruidosos (como el aula de la escuela) llevando a un retraso en el aprendizaje de importantes habilidades de lenguaje.
La hipoacusia conductiva es una forma de dificultad auditiva debida a una lesión el en canal auditivo externo o en el oído medio. Esta forma de hipoacusia es generalmente transitoria y se encuentra en personas de 40 años o menos. Infecciones de oído crónicas no tratadas pueden llevar a una hipoacusia conductiva; drenar el oído medio infectado a través de la membrana timpánica lleva de nuevo la audición a la normalidad.
La otra forma de hipoacusia es la neurosensorial, pérdida auditiva debida a una lesión en la rama auditiva del VIII par craneal o del oído interno. Históricamente esta condición es más prevalente en la edad media o pacientes mayores, sin embargo la exposición continua a música a un alto volumen puede llevar a la pérdida auditiva neurosensorial en adolescentes.
Un examen de audición se debe llevar a cabo en chicos que tienen infecciones de oído frecuentes, pérdidas auditivas que duran mas de seis semanas o líquido en el oído medio por mas de tres meses. Hay una amplia gama de instrumentos para evaluar la audición del niño, la función de la trompa de Eustaquio y la movilidad de la membrana del tímpano. Ellos incluyen otoscopía, timpanometría y audiometría.
Los niños pueden tener pérdidas auditivas temporarias por otras razones más allá de la infección crónica del oído medio y la disfunción de la trompa de Eustaquio. Ellas son: